Leucocitosis postprandial es el aumento anormal de los glóbulos blancos (leucocitos) luego de la ingesta de un alimento cocinado.
Esto significa que el organismo desconoce el alimento cocinado y reacciona frente a él como frente a un enemigo: se apresta a defenderlo; con el alimento crudo este aumento de glóbulos blancos no se produce, beneficiándose así el sistema inmunológico.
Al cocinar se pierden en mayor o menor proporción varios nutrientes: vitaminas, minerales, esencias aromáticas; la pérdida es mayor cuanto mayor es la temperatura y el tiempo de cocción.
- Contrariamente a la que se cree vulgarmente, los alimentos crudos son más fáciles de digerir que los cocidos por la presencia de las enzimas propias que vimos en el punto anterior.
- La energía radiante o “aura” que tienen los alimentos crudos (como todos los seres vivos) también se pierde al cocinarlos.
- La modorra postprandial se debe a los alimentos cocinados: cuando se consumen alimentos crudos desaparece esa sensación de letargo.
- Muchos resfríos y otras manifestaciones de mucosas inflamadas que se atribuyen a factores climáticos: frío, lluvia, se deben en realidad a la capacidad de producir mucus de los alimentos cocidos, en especial a los refinados, farináceos, cráneos, chacinados, etc. Los alimentos crudos no sólo no producen mucosidad sino que pueden llegar a evitar la que producen los alimentos cocidos.
Cuando hablamos de alimentación VIVA nos referimos a todos aquellos alimentos que se pueden comer crudos y que, en realidad, son la mayoría: frutas, semillas de girasol, sésamo; frutos secos como las nueces; raíces como las zanahorias y remolachas; vegetales como el repollo, coliflor; brotes y ensaladas de hojas, tallos, flores de zapallo, etc.
Estos alimentos que no han sufrido modificaciones por la temperatura ejercen efectos muy benéficos sobre el organismo humano ya que mantienen intactas sus propiedades físico-químicas y nutricionales y son fuente de elementos esenciales para el mantenimiento de la salud, como es el caso de las vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.
El tipo de bacterias que predomina en el intestino depende de la alimentación, ya que ésta determina el medio de vida que encontrará el microbio. La flora intestinal que genera el alimento crudo es muy favorable para nuestro organismo: ella sintetiza vitamina B12, aminoácidos y ácidos grasos esenciales, y además tienen la capacidad de digerir las fibras y extraer de ellas nutrientes como minerales, oligoelementos, vitaminas y otros.
En realidad, los alimentos en su estado natural, no se presentan crudos: la naturaleza, a través de los rayos solares los “cocina” hasta su punto justo para que puedan ser consumidos. Los alimentos naturales han sido perfectamente cocinados por el sol, el gran “cocinero”natural.