Limpieza Hepática Profunda.


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Cálculos Partidos a La Mitad
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Limpieza Hepática Profunda

Limpieza Hepática Profunda: Tomado del libro “El Paquete Depurativo” de Néstor Palmetti (www.espaciodepurativo.com.ar)


Este es un método de depuración enérgico y especifico. Una técnica eficaz y relativamente sencilla para eliminar íntegramente los nocivos cálculos biliares. Dada la inocuidad del método y sus grandes beneficios, no tiene mayor sentido plantearse dudas respecto a la conveniencia de practicarla. Sugiero hacerlo, sin plantearse dudas y sin miedo. La primera experiencia es muy enriquecedora, salga como te salga. Luego la segunda y la tercera ya se evacuan los cálculos y el balance siempre da positivo. Es cuestión de ponerse a hacerlo. Vale la pena.

Antes y después de realizar una limpieza hepática profunda, es imprescindible la adecuada limpieza de los intestinos. Los cálculos biliares que se despedirán son sumamente tóxicos; una vez que han sido removidos del hígado y descargados en el intestino delgado, es contraproducente que queden atascados en los frecuentes y antiguos desechos intestinales, pues provocarían autointoxicación por reabsorción de toxinas.

Uno de los métodos más recomendados para la limpieza intestinal, sobre todo previa a la primera hepática, es el lavaje colónico, sobre todo si hace tiempo que no se han practicado limpiezas de los intestinos. También se pueden emplear otros sistema de limpiezas intestinales, como el de agua salada, pero es importante, que si esta dentro de las posibilidades, practicar la hidroterapia colónica, puesto que esta práctica ablanda costras y moco colónico adherido y ayuda a expulsarlo, consecuentemente, tenemos las vías de expulsión liberadas. La efectividad dependerá de la situación de cada persona y su nivel de higiene personal. Para la mayoría de mis actividades diarias llevo el lema: “el que mas ensucia, mas debe limpiar”.

Tras una primera limpieza intestinal con lavaje colónico y si se practica una nutrición depurativa (sin ingesta de alimentos ensuciantes), luego de cada limpieza hepática puede bastar con una limpieza intestinal con agua salada, pudiéndose entonces prescindir del lavaje intestinal previo a cada sucesiva limpieza hepática. Caso contrario deberá realizarse la limpieza intestinal previa, para liberar el sistema de evacuación.


Los seis días previos a la limpieza se recomienda una alimentación frugal, depurativa y fisiológica. Esto quiere decir, alimentos crudos, hay variedad de frutas y verduras a disposición. Es mas si se puede mejor, “monodieta”, solo manzanas. No se deben consumir lácteos, fritos, proteína animal, helados, cantidades excesivas de alimentos ni medicación no esencial.
El procedimiento se basa en un periodo preparatorio de 6 días, durante el cual se ingiere diariamente un kilo y medio de manzanas o un litro de su jugo. Alejado de las comidas, puede ser media mañana y a la tarde.
La fruta puede consumirse masticada o rayada y hasta puede licuarse para consumirse tipo puré. Se puede utilizar ácido málico, principio activo clave presente en la manzana. En este caso se disuelven dos gramos de ácido málico en ½ litro de agua tibia y beberlo. Es preferible el efecto de la manzana por su aporte enzimático y sus numerosos principios activos y complementarlo también con el ácido málico.

Esto se realiza para ablandar los cálculos, por acción del ácido málico presente en las manzanas.
 -El Ácido Málico es una sustancia que sirve para disolver la bilis estancada y para ablandar los cálculos, lo cual es esencial para su posterior eliminación. Por ello, la limpieza hepática recomienda la ingesta de un litro diario de jugo de manzanas. Pero las personas diabéticas pueden tener dificultades con el nivel de azúcar en sangre. También pueden haber personas que no toleren el jugo de manzanas, por padecer hipoglucemia, cáncer o ulcera estomacal. En esos casos se puede utilizar el ácido málico. 
Uso: preparar una dosis de dos gramos en medio litro de agua tibia, disolver bien y beber durante la jornada en pequeños sorbos. Evitar ingerirlo antes, durante y hasta dos horas después de las comidas. Esto debe repetirse durante los seis días preparatorios de la limpieza misma. El efecto limpiador del ácido málico, puede generar diarrea, por eliminación de la bilis estancada.

Luego, el día de la limpieza (el sexto y séptimo) se toman 4 vasos de solución magnésica. Esto se realiza para dilatar los diminutos conductos biliares a fin de facilitar el tránsito de los cálculos. Finalmente se ingiere una emulsión “pomelo/oliva” el cual provoca un fuerte estimulo de secreción biliar, lo cual activa la expulsión de los cálculos.

Normalmente, las acumulaciones hepáticas nunca antes evacuadas, suelen requerir varias sesiones de limpieza. A veces puede parecer que las primeras limpiezas arrojan un resultado negativo; en realidad lo que sucede es un primer movimiento interno de los cálculos biliares, advirtiéndose mayor eliminación en las limpiezas posteriores. Solo la ausencia de cálculos, tras varias limpiezas, indica que la depuración hepática profunda ha concluido. En este caso y a nivel preventivo, bastara con una limpieza anual de mantenimiento.

Es importante no abandonar ni interrumpir la secuencia de limpiezas hepáticas. Frente a la limpieza el hígado ira desplazando los cálculos hacia la salida, abortar el proceso sería contraproducente. Por eso, si no serás consecuente con el tratamiento, mejor no lo empieces.

Antes y después de la limpieza hepática profunda, es necesario realizar una cuidada limpieza de los intestinos, a fin de evitar el estancamiento de los tóxicos cálculos biliares en el tránsito intestinal, lo cual generaría una peligrosa reabsorción de la materia toxica expulsada (parásitos, virus, materia putrefacta). Además de migrañas y nauseas, podrían generarse cuadros de pancreatitis y apendicitis.

La técnica no es aconsejable para ser realizada en medio de enfermedades agudas (gripes, fiebres, diarreas, etc.), periodo menstrual, embarazo o lactancia. En cambio resulta sumamente aconsejable en enfermedades crónicas, al trabajar sobre la causa profunda del problema.
El proceso de limpieza se realiza el séptimo día. Si empecé el domingo a comer manzanas, el día sábado desayunar, comerme las manzanitas y almorzar temprano y liviano. Tras el almuerzo interrumpir la ingesta de alimentos. La limpieza en si consiste en tomar cuatro vasos de solución magnesiana (una cucharada sopera de sulfato de magnesio disuelto en un vaso de agua) y un frasco de emulsión de pomelo/oliva. Veamos el procedimiento en detalle:


12hs: Ultima ingesta de alimento. Frugal.
18hs: tomar el primer vaso magnesiano
20hs: tomar el segundo vaso magnesiano
22hs: tomar la emulsión pomelo oliva. ¾ de vaso de jugo de pomelo exprimido y ½ vaso de aceite de oliva extra virgen. Se aconseja prepararla en un frasco de vidrio con tapa agitando una buena cantidad de veces. Beber la emulsión de pie y luego acostarse de inmediato boca arriba (con la cabeza alta sobre una buena almohada) o en posición fetal sobre el lado derecho.
6hs: Levantarse y tomar el tercer vaso magnesiano. Evitar volver a la cama.
8hs: Tomar el cuarto y último vaso magnesiano.
10hs: Reiniciar el ciclo alimentario bebiendo algún jugo de fruta natural y posteriormente alguna fruta fresca.
12hs: Se puede comenzar a comer alimentos un poco más sólidos en poca cantidad.

Comienza entonces una serie de evacuaciones de materia fecal, en conjunto con los cálculos. Todo dependerá de la persona y de cómo haya transitado por la técnica de depuración.

Es bueno visualizar las evacuaciones y los cálculos. Es la mejor demostración de la validez del método. Tal vez la primera vez no se despidan tantos cálculos, la segunda y la tercera vez quizás más. Hay que dejar al menos un mes de descanso entre una y otra limpieza. Es importante no dejar de hacerlo, puesto que removemos muchos cálculos de la estructura hepática.

El día después de la limpieza hay que hacer una limpieza de agua salada. Si el sábado comencé la toma del primer vaso magnesiano, el domingo me la pase evacuando cálculos, el lunes debo practicar una limpieza de agua salada. Para evitar que algunos cálculos queden alojados en el intestino, dado el valor toxico (bacterias, virus, parásitos) de dichos cálculos. Se debería también estimular la depuración de los riñones, a través de infusiones renales como barba de choclo, diente de león, etc.

Debemos tener en cuenta que es también fundamental encarar una desintoxicación y depuración de los fluidos. Hasta el momento lo he practicado pero no en profundidad. (Extraído de los libros "Cuerpo Saludable" y "El Paquete Depurativo", de N. Palmetti)