Las ALGAS: excelentes integradores naturales

Nutricionalmente las algas son ricas en proteínas, minerales y vitaminas (A, B, C, E) y sobre todo en elementos difíciles de hallar en verduras terrestres, fundamentalmente el yodo, mineral escaso en el suelo y mas aún en tierras agotadas por el cultivo intensivo.



Excepto algunos pescados, las algas son nuestra mejor fuente natural de yodo orgánico y asimilable. La hormona tiroidea (tiroxina) se produce gracias a la presencia de este mineral y su normal producción estimula el sistema nervioso simpático, incrementando la tasa de oxidación celular y por ende el metabolismo corporal (utilización de los macronutrientes).

Además de yodo, las algas también son ricas en otros minerales claves como magnesio, calcio, potasio, hierro y oligoelementos como cinc, selenio, manganeso, boro, cobalto, cobre, vanadio, etc.

Además de minerales, las algas son muy ricas en proteínas y principalmente en aminoácidos esenciales (aquellos que el organismo no puede sintetizar y que deben provenir del alimento). Estas proteínas son muy asimilables debido a la presencia de minerales y enzimas que facilitan su absorción. Por ello se aconseja consumirlas junto a cereales, que generalmente tienen carencias de ciertos aminoácidos.

En general podemos decir que las algas son estimulantes del metabolismo, aumentando el intercambio celular y mejorando la eliminación de toxinas. Dada la gran presencia de antioxidantes (vitaminas y oligoelementos), neutralizan el efecto de los radicales libres, responsables de acelerar el proceso de envejecimiento en los tejidos. También reducen los niveles de azúcar, colesterol y presión sanguínea.

Previenen anemias por su contenido en hierro fácilmente asimilable y vitamina B12.

Entre otras cosas, esta vitamina es responsable de mantener un adecuado nivel de hierro en sangre y es vital para funciones neuromusculares.

Las algas resultan ideales para dietas de adelgazamiento (además cubren eventuales carencias nutricionales), diabéticos, embarazadas, niños y convalecientes.
Pese a ser bajas en grasa, azúcares y calorías, aportan saciedad por su alto contenido en mucílagos, los cuales regularizan la función intestinal y protegen las mucosas digestivas.
Los mucílagos son polisacáridos que retienen varias veces su volumen en agua y en los vegetales cumplen la función de reserva hídrica. Fundamentalmente actúan sobre las mucosas. En el estómago forman una capa viscosa que atenúa las irritaciones. En los intestinos estimulan el peristaltismo.
A nivel respiratorio calman la irritación que provoca la tos. El ácido algínico de las algas pardas (kombu, kelp, fucus, cochayuyo) es un mucílago que ejerce un papel protector de la mucosa gástrica, tapizándola y dificultando el reflujo gástrico hacia el esófago; también regula la acidez estomacal y genera sensación de plenitud.

Estudios realizados en distintos países sobre las algas, demuestran propiedades anticancerígenas (sobre todo a nivel de colon y mamas), debido en gran parte a un principio activo: la fucoidina. En Japón se ha comprobado que funciona como un quimioterápico, disminuyendo la virulencia y la progresión de los tumores. En laboratorio ha mostrado una eficiencia de 84% en la eliminación de cáncer intestinal. Si bien no se conoce exactamente su mecanismo de acción, al parecer tiene que ver con la estimulación del sistema inmunológico (kombu y fucus).

Muchas algas tienen un efecto fluidificante de la sangre. Algunos investigadores lo atribuyen a un principio anticoagulante (similar a la heparina), que no solo previene el infarto sino que favorece la eliminación de grasas del circuito sanguíneo, bajando el colesterol malo (LDL) y subiendo el bueno (HDL). En función a esto puede afirmarse que actúan como limpiadoras de la sangre.

Las algas poseen un delicado efecto antibiótico y actúan selectivamente en la flora intestinal (sobre todo en el colon), eliminando las bacterias que producen sustancias cancerígenas. Las algas oscuras (o pardas) tienen el poder de prevenir el ictus, neutralizar el efecto tóxico del consumo de sal refinada y reducir la tasa de colesterol. Para los deportistas, las algas aportan mejoras en la circulación, la oxigenación y la resistencia a la fatiga.

Información tomada de la biblioteca virtual: http://www.prama.com.ar/